La bomba estalló el domingo por la noche, cuando varios de los clubes más poderosos de Europa anunciaron oficialmente su voluntad de materializar una Superliga que concentre a 20 de los clubes más importantes del Viejo Continente y les garantice mayores ganancias de las que les ofrece la Liga de Campeones, cuyo modelo consideran agotado e injusto en el reparto con los equipos que más dinero generan. Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid (España); Liverpool, Chelsea, Arsenal, Tottenham, Manchester City y Manchester United (Inglaterra); Inter, Milan y Juventus (Italia) son los 12 promotores de la idea, que rápidamente se ganó el repudio general de los hinchas y la amenaza de FIFA y de UEFA de tomar medidas como excluir de sus competencias a los clubes que se suban a la Superliga y de vetar la convocatoria de jugadores de esos clubes a los seleccionados nacionales.
En Tucumán, dirigentes locales se manifestaron en contra de este nuevo torneo. “Desde lo estrictamente deportivo es mucho menos atractivo. Hay modelos de concentración de equipos poderosos y campeonatos donde siempre hay a lo sumo dos o tres equipos que están en condiciones de pelear arriba y el resto, juega por otra cosa. Si no tomamos medidas en Argentina, vamos camino a eso”, aseguró el vicepresidente segundo de Atlético, Ignacio Golobisky
Del lado de San Martín, su presidente Rubén Moisello cree que la idea de realizar algo parecido en Argentina existió, pero por diversos factores no prosperó. “Alguna vez se les habrá pasado a algunos directivos, sobre todo de Boca y River, pero la competencia del fútbol argentino en particular y el sudamericano en general, si bien tienen equipos que mueven cifras muy por encima del resto, es un poco más repartida, menos hegemónica. El mejor ejemplo es el último campeón de la Recopa Sudamericana: Defensa y Justicia”, aseguró el titular “santo”.
Inimaginable, es la palabra que define a este nuevo torneo. Las chances y aspiraciones de los clubes de enfrentarse con los “grandes” quedaría totalmente descartada. “No creo que ocurra en Argentina. Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo necesitan de los otros clubes. Una competencia entre ellos sería aburrida e inviable”, dijo Golobsky. “La pandemia puede haber sido uno de los factores de la baja en los ingresos de los clubes involucrados, pero aquí primaron los intereses económicos y estamos hablando de cifras inimaginables para el fútbol argentino. Me parece absolutamente desacertada y carente de un criterio empático hacia los demás equipos”, agregó Moisello.
Nadie sabe cuál será el futuro de este nuevo torneo. Lo cierto es que, de concretarse, el fútbol no volverá a ser el mismo.